No se cómo explicarlo, has llegado a mi. Sí, esa es la
frase; has llegado y no te vas. Has pasado por mi como un huracán, un
terremoto. Me has revuelto, has creado en mi la pura revolución y te has ido
igual que llegaste. Sin embargo, en mi has dejado todo. Me he quedado vacía y a
la vez tan llena de tus ganas, tus gestos y tu huida. Te recuerdo como un día,
un día que se me hizo largo. Y ahora con cobardía te vas por donde viniste. Mi
puerta sigue abierta y ese es el problema, que si vuelves aquí seguiré. Y es
simple, los recuerdos que tengo de este lugar me tienen atrapada, no los puedo
dejar atrás. No me diste tiempo de acostumbrarme a ti, y me he quedado con las
ganas de coger esa costumbre.
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